“El mejor público de conciertos es sentimental”, una camiseta que diga… Seguramente, no es un requisito. Ciertamente, una persona ‘no necesita’ ser sentimental —conmoverse por sentimientos de ternura, tristeza o nostalgia— para expresarse de forma clara.
Pero no estamos hablando de cualquier persona, sino de aquellas que son ‘público’. De quienes en algún punto del día consideran incluir en su agenda tal o cual concierto, festival, feria o incluso conferencias, salidas al cine, por ejemplo.
Luego, quizá, esas personas no tendrían porque asistir a todos los eventos, conciertos, conferencias… podría verlos en live-streaming, repetición o esperar al dvd del live-concert. Acciones relativamente técnicas que, por repetición, podrían llegar a estar vacías de emoción; y que tampoco dependen de la condición humana para ser efectivas.
Sin embargo, el entretenimiento evoca emociones —en pocas palabras—, es una de sus razones de ser.
Hacer sentir algo al público, entonces, es central para la industria del entretenimiento.
Por eso ayuda ser sentimental, sensible a los matices de la vida. Ayuda a reconocer ápices de emoción —como la tristeza o la nostalgia— en lo mundano y ordinario.
Porque estos momentos se transforman en historias.
Y las historias son la moneda de cambio del entretenimiento… Tomemos por ejemplo los siguientes versos de una canción de Fito Páez:
El amor después del amor
Nadie puede y nadie debe
Vivir, vivir sin amor
Nadie puede y nadie debe
Vivir, vivir sin amor
El amor después del amor, tal vez
Se parezca a este rayo de sol
Y ahora que busqué
Y ahora que encontré
El perfume que lleva al dolor
En la esencia de las almas
En la ausencia del dolor
Ahora sé que ya no puedo
Vivir sin tu amor
Me hice fuerte ahí
Donde nunca ví
Nadie puede decirme quién soy
Yo lo sé muy bien, te aprendí a querer
El perfume que lleva al dolor
En la esencia de las almas
Dice toda religión
Para mí que es el amor
Después del amor
El amor después del amor, tal vez
Se parezca a este rayo de sol
Y ahora que busqué
Y ahora que encontré
El perfume que lleva al dolor
En la esencia de las almas
Dice toda religión
Para mí que es el amor
Después del amor
Nadie puede…
Existen historias universales como ésta; en el amor encontramos uno de los sentimientos universales que toda persona es capaz de identificar y asociar a un recuerdo, un olor, una historia…
Los protagonistas de la industria del entretenimiento son quienes cuentan estas historias a los asistentes, recordándoles un evento en su vida que asocien a ese sentimiento (felicidad, alegría, tristeza), e incluso lo que pasó después.
Pero antes de hacer eso, tenemos que poder ver esa historia, reconocer su potencial. Y para hacerlo, se tiene que observar. Como venue, se debe estar atento a los destellos que darán vida a esas historias.
Si el mejor público es sentimental, es porque aparentemente son quienes aprecian lo que ocurre a su alrededor; pues todo el tiempo están observando.