La Colonia Tabacalera: pulmón cultural de CDMX. Plaza de la República representa uno de sus atractivos arquitectónicos e históricos más sobresalientes, y sus calles, vestigio de grandes obras de art déco, como Frontón México y el edificio de la Lotería Nacional, son una invitación constante a redescubrir la grandeza de este barrio capitalino.
Sí, la Tabacalera es ambivalente y contrastante; está —de alguna forma— atrapada en el tiempo y eso le confiere una esencia muy particular. Su trazo urbano y diseño arquitectónico son una invitación a habitarla y a recuperar el espacio público; y pasear por sus calles —y perderse en sus recovecos— una invitación obligada a regresar una y otra vez.
El barrio, uno que aún conserva esos aires de tradición de antaño, con sus pequeños abarrotes, sus sastrerías tradicionales y sus negocios que han estado ahí por décadas, está flanqueado por enormes edificios y algunas de las arterias viales más importantes de la capital del país, y aún así, a pesar del “ruido” que lo rodea, siempre encontramos una forma de llegar a él a través de esa extensión de la Avenida Juárez que es la Avenida de la República y que desemboca en el Monumento a la Revolución, el corazón de este barrio.
Como centro urbano y epicentro del barrio, Plaza de la República tiene una vida cada vez más activa. Se trata de un espacio público en el que convergen —y conviven– ideas y personalidades contrastantes y eclécticas… la invitación es reconocer el espacio a partir de la experiencia de otros.
A veces parece que al profundizar sobre la Colonia Tabacalera apenas llegamos a esa Avenida de la República con el monumento y el bello Frontón México. Si acaso también echamos un vistazo al edificio que hoy ocupa el Museo Nacional de San Carlos, pues su anterior uso como fábrica de tabacos en las primeras tres décadas del siglo pasado es el que bautizó el barrio.
Algunos se conforman con esto y con el relato del origen del Monumento a la Revolución: que sería un fastuoso palacio legislativo, pero que la interrupción de la dictadura porfirista no permitió continuar.
Hay quienes se interesan en indagar las otras historias sobre las mansiones porfirianas que ahí se erigieron; como aquella opulenta que se construyó donde hoy se encuentra el edificio de la Lotería Nacional, propiedad de Ignacio de la Torre —el famoso yerno de Porfirio Díaz—, que fue encontrado a unas pocas cuadras de ahí bailando con otros 41 hombres.
Queda también el Hotel Reforma como uno de los primeros trabajos de Mario Pani en la Ciudad de México; o también el edificio de la Alianza Nacional de Ferrocarrileros, de Vicente Mendiola, que se precia de ser el primer edificio art déco en México; está, además, el edificio del Sindicato Mexicano de Electricistas, que resguarda en el cubo de sus escaleras a obra Retrato de la burguesía de David Alfaro Siqueiros.
La Colonia Tabacalera es sin duda una de esas insignias de la Ciudad de México, un centro urbano pujante y un barrio que conserva sus tradiciones y vitalidad de antaño. Ahora, más que nunca, vale la pena recorrerla y revivirla… es momento de que le regresemos un poco de todo lo que nos ha dado.
¡Date una vuelta a La Tabacalera!
¡Descubre Frontón México!
¡Deléitate con los sabores de Zesta Punta!