Por décadas el protagonista de Ahí está el detalle, Mario Moreno «Cantinflas» visitó Frontón México. No era el único de los visitantes que provenía del dorado ambiente cinematográfico de la época; pero sí que llamaba la atención. Incluso mi abuelo me cuenta que «—Ir al México era ver un desfile de personalidades; había que ir de traje y corbata». No es por nada, pero mi abuelo —todavía— se ve bien guapo de traje.
Nos podríamos deshacer en anécdotas y no terminaríamos de (re)citar cada uno de esos detalles.
Frontrón México, ahí está el detalle…
Abundan los aristas, los visitantes y las historias que forjaron los cimientos del entonces conocido como «Palacio de la pelota». Es cuando «ahí está el detalle» se convierte más que en un mote, en el retrato de una época.
Ya sea que hablemos de su arquitectura, del jai alai o de su público; si bien alrededor de Frontón México siempre será ad hoc un «ahí está el detalle», lo cierto es que siempre será más que un detalle.
Recientemente leía una publicación de Architectural Digest México sobre Frontón México; intitulada «Frontón México, un espacio con historia y tradición», en la que se refieren al inmueble como «un edificio que parece suspendido en el tiempo». #quepoéticos
A eso me refería. Existen historias que se convierten en verdaderas alegorías. En el caso de Frontón ha sido evidente como la reconversión y revitalización de su arquitectura por parte de José Moyao lo inserta hoy en un contexto cultural.
Ya muchos pensadores han reflexionado sobre el significado y desdoblamiento cultural de la sociedad. No, no les voy a recitar a dichos autores; a lo que voy es que ya sea por la cultura vasca y su herencia; el jai alai y la pelota vasca —en lo general y lo particular—; la elección del art déco como estilo para el inmueble por parte de Teodoro Kunhardt y Joaquín Capilla; la tradición de la colonia Tabacalera; no es casualidad que la atmósfera actual de Frontón México reúna deporte, cultura y espectáculo.
En lo personal, cuando hablo de Frontón México, «ahí está el detalle» significa recuperar un espacio histórico. Para usted, querido lector, ¿cuál es el detalle a recordar?
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