Caravana Americana reunió a la comunidad creativa durante cuatro días. Del 19 al 21 de octubre, la 6ª edición de la feria pop-up presentó en Frontón México lo mejor del diseño latinoamericano.
Networking, redes comerciales, intercambios, pláticas y talleres; todo en torno al diseño: moda, piezas de mobiliario, objetos de decoración, textiles, joyería y accesorios. La plataforma que Caravana ofrece a la industria creativa continúa creciendo.
La sexta edición de Caravana Americana
De unos años para acá, el otoño se convirtió en la temporada del diseño en México; y, este 2018, la última estación estuvo a cargo de Caravana Americana.
Cada semestre la feria curada por Lago reúne una muestra de diseño latino que se puede tocar, probar y comprar. Si bien el objetivo de esta plataforma bianual es fomentar lazos comerciales; y la venta directa, ya sea tienda-cliente, o creador-cliente, su valor agregado se encuentra en aquello que no está a la venta.
Estoy hablando del concepto y conjunto de ideas que hacen de Caravana uno de los mejores eventos de diseño del año; aquello que aprendemos cuando visitamos la feria. Ocurre cuando hablamos con sus creadores y/o distribuidores; y en esos instantes, nos permiten adentrarnos en un sector del diseño que crece con cada edición.
Otoño cargado de diseño
Como cada año, el mes de octubre presenta un exquisito menú de diseño, otoño, calaveritas de azúcar y pan de muerto. La carta propone tendencias, texturas y fragancias; que incluyen desde lo tradicional y artesanal, hasta innovadoras creaciones para los gustos más especializados.
Caravana Americana presentó diez marcas, seis países. La lista de wishlist empieza a crecer conforme caminas por la feria. Joyería, textiles, objetos decorativos, mobiliario, luminarias, accesorios…
La 6ta entrega de Caravana Americana no fue la excepción y esto es lo que llamó nuestra atención.
- Calidad. La calidad y acabados del diseño latino es excepcional y no pide nada a otras marcas internacionales… Si acaso llegar a tener la misma proyección y posicionamiento —no pedimos nada, ¿verdad?
- Originalidad. En esta época, ¿es posible ser original? No les voy a mentir, después de recorrer algunos pasillos, dudaba si ya había pasado por ahí. En efecto algunos patrones, textiles, materiales, acabados están de moda. Así que no nos extraña que más de un diseñador comparta la misma paleta de color; sobre todo si se trata de moda. O acabados cerámicos; textiles, entre otros artículos deco. ¿La ventaja? Puedes comparar precios, combinación de colores y decidir a quién prefieres comprar lo que más te gusta.
- Diseño y tradición. Lo que hace unos años fue tendencia, es hoy una postura ética de muchas industrias creativas. Con los objetivos de incorporar diseños tradicionales de manufactura artesanal; y de promover e incentivar la colaboración con comunidades indígenas, muchos diseñadores se han dado a la tarea de trabajar directamente con distintos grupos indígenas a lo largo de toda América Latina.
- Sustentabilidad. Diseños realizados con materiales orgánicos; que sean amables con el medio ambiente y el ser humano; producciones a pequeñas escala; comercio justo; reciclaje; o manufacturas artesanales… No todo en el diseño es sustentable, pero si posee al menos una de las características anteriores, lo es.
- Oferta-demanda. Está en nosotros apoyar y consumir lo local; no sólo lo #HechoenMéxico, sino también lo realizado por otras comunidades latinas. Fomentar el consumo de lo local, no sólo incentiva economías, sino también inversiones.
- Diseño infantil. Nos encantó toda el área y propuesta de diseño infantil: libros, mobiliario, textiles, moda; un conjunto de propuestas muy atractivas que buscan un equilibrio entre lo sustentable, lo vanguardista y lo tradicional.
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